Pasar a profesional en el ciclismo es siempre bien venido. Pero, ¿qué sucede cuándo lo que pasa de globero a profesional es un accidente de tráfico?

La teoría del hámster

Hace un año, cuando este blog tenía un mes de existencia, ya me hacía eco de un accidente que había sufrido un ciclista, Manuel, con el resultado de muerte. Hubo movilizaciones en Jaén, e incluso se propuso una gran marcha cicloturista reivindicativa en recuerdo del fallecido a finales de mayo.

Poco después le tocó a Miguel Angel en marzo, Antonio en mayo, Juanjo y Javier en septiembre,… y así podríamos hacer un listado macabro casi sin fin a lo largo de un 2015 negro y por toda la geografía española.

La sensación que tengo es que estamos inmersos en la teoría del hámster: entramos en la rueda y por mucho que caminemos o corramos no avanzamos nada. Sólo una pega a esta metáfora/teoría: no admite que vayamos para atrás, cuando en nuestra realidad social y ciclista hemos retrocedido sin saberlo en lo que a nuestros derechos se refiere.

El globero ignorado pasa a profesional

Que los profesionales, tanto los de facto como los que se lo creen, miran al resto de cicloturistas desde una cumbre pensando “que globeros sois, a mi vuestros problemas no me pasan”, es una impresión que muchas veces me ha llegado.

El pasado mes de mayo del 2015 tuve el honor de promover una manifestación en Barcelona, de la mano de ADECIS, para denunciar el poder practicar el ciclismo de una manera segura. La asistencia fue pobre, tengo que reconocerlo, pero es que las fechas eran más propias para preparar el Tour de Francia que no para mariconadas de manifestaciones (este pensamiento no fue mío, sino de los miles de ciclistas que gracias a ese entrenamiento asistieron al Tour).

En todas estas acciones se busca la implicación de los más mediáticos de este deporte, los profesionales, como una manera de darle empaque e impulso al trabajo ingente de mucha gente anónima. Este impulso suele ser puntual y después de mucho insistir, dándoles todo mascado y sólo para llegar y triunfar. Poca conciencia de colectivo hay en esa parte minoritaria del ciclismo. Os recuerdo que sólo en Cataluña más del 70% de la licencias del 2015 fueron de cicloturistas (¿globeros cicloturistas?).

Pasados esos destellos de glamur puntuales que dan a estas acciones, los pros… se retiran a sus menesteres. Tienen mejores cosas que hacer que pelear cuerpo a cuerpo en esa arena terrenal de los pobres globeros.

Pero este 23 de enero de 2016, ese indeseable mal de globeros ha pasado a profesional. Y han sido los integrantes del equipo Giant en bloque los que lo han sufrido. Tanto la prensa digital, como la escrita, radios y televisiones se han hecho eco de este desagradable accidente, lamentándose en algunos casos que se puede haber dado al traste con la vida profesional de estos ciclistas.

¿Y es que en el caso de Manuel, Miguel Angel, Antonio, Juanjo, Javier y tantos otros no se truncó una vida personal y profesional tan interesante y apasionada como la de ellos? ¡Qué triste resulta el glamur!

¿Y ahora qué?

Esta es la pregunta que me hago yo. ¿Se movilizará el colectivo pro ahora que el ignorado globero está entre sus filas? ¿Habrá alguna acción al respecto? ¿Algún equipo profesional del world tour pondrá en sus flamantes equipaciones un logo de «el metro y medio salva vidas»?

Supongo que no. O al menos hasta que se dicte sentencia. Entonces el equipo jurídico del equipo holandés del Giant se echará las manos a la cabeza ya que esperarán una justicia ejemplarizante. Y sin ser pájaro de mal agüero, a la señora inglesa causante del accidente, el sistema español le dará una palmadita en la espalda, una multa simbólica y aquí no ha pasado nada.

Y es que el argumento de la defensa será muy sencillo (¡y de chiste!): es que esta pobre señora tuvo un lapsus, pensaba que estaba en su Inglaterra natal y circuló por el carril izquierdo con el convencimiento de que lo hacía bien. Buen  argumento atenuante para el juez, que fallará con una falta leve y para casita de rositas que aquí no ha pasado nada. Y esto será gracias a la maravillosa reforma legal que llevó a cavo nuestro gobierno en el 2015, desprotegiendo legalmente a las personas y desamparando a las víctimas antes sus verdugos.

Lo siento por el Giant y todos los profesionales. Ese compañero globero que nadie quiere también es profesional. Está entre vuestras filas. No es exclusivo de los globeros cicloturistas. Así que poneros las pilas y bajar al mundo terrenal.

Sólo es una reflexión en voz alta. Me apena lo sucedido. Pero o nos ponemos las pilas TODOS, unidos y con una sola voz, o estaremos a merced de un sistema injusto lo mires por donde lo mires. La víctima siempre tiene que tener una protección especial. Y en España, desgraciadamente, esto no es así.

NA Fotos diarioinfomacion.com, ciclismo.as.com y propias